Si yo pudiera hablar
con la sombra
que oscurece mi pensamiento
le diría que aún
soy la niña que danza
con las palomas
no la mujer impura
la innombrable, la desterrada
hija de Eva
No basta con mirar el vuelo de un ave,
hay que anidar el temple con que agita sus alas
y aventurarse en la claridad de su trino.
Hay que saber que si la bandurria desciende
es porque el tiempo cambiará su ropaje
y que si las gaviotas graznan con fuerza
es porque el mar se ha vuelto generoso.
No basta con sentir el sol cuando amanece
y recoger las cortinas con desprecio
hay que vibrar con la estampida de colores
que entrega cada rayo
y agradecer su abrazo con fervor;
encantarse con hechos tan sencillos
como pararse frente a las sábanas tendidas
mientras juegan y ríen con el sol
y verlas relucir, como las nubes
cuando copulan con el cielo.
Si la luna se asoma detrás del volcán,
no basta con mirarla con el rabillo del ojo,
se debe arrodillar el alma
y abrir la puerta a los sueños
¡Que vuelen! y la colmen de alabanzas,
y así, cuando ella busque la plenitud del lago
que no sienta vergüenza de su preñez.
El chacai, de amarillo deslumbrante,
se mece con el viento diseminando esporas
por sobre los alerces milenarios.
El río va lamiendo las riberas
y el zumbar de la abeja, seductora,
prende el vuelo del pájaro chucao.
Un corazón abierto hace milagros.
La lluvia manifiesta su canto orgullosa
mientras la tierra vierte su fragancia
y no basta con detenerse un minuto,
debemos capturar toda la esencia
que se esparce por el aire.
Somos tan diminutos y precarios
partículas de un mágico universo
que ingenuamente se abre y se despliega
frente el estigma de nuestra simpleza
a Rosario Bersabé Montes, mi amiga del otro lado del charco
Serena está la noche,callado el lago que la espera.Sobre el volcán un punto,apenas perceptible, se abre caminosaludando a la estrella del oriente.De pronto el cielo se ha pobladode rosas y guirnaldas.Ha nacido ¡Radiante, majestuosa!y el lago quiere ser espejoque por un breve espaciosublime su hermosura.
Hay un murciégalo en el tragaluzque le gusta cantar patas arribaaclara su garganta con esmerocon sorbos de licor de mantequillaDespliega sus alitas recortadascada vez que saluda a las polillasmas cuando ve dormir a la princesacalla y sonríe, y una lagrimitarueda hasta sus bigotes de bandido.¡Bandido! roba sueños de la niñaque asustada despierta a media nochetus pesadas pupilas amarillasy esa voz de tenor de medio pelointerrumpen su dulce fantasía.Ve y cántale tus coplas a las ranasque ellas son de nocturnas melodíasdormir quiere mi niña entre las nubestraviesos gatos, flores y una ardilla.
El sol amaneció triste esta mañanallevaba su corona desportilladay un caminar de buey cansadoTal vez, era presagio de un mal díao la premonición de una tormentapero estabas tan dulce y luminosocon la sonrisa fresca de tus añosque rompías la oscuridad a pedazos.Mi pequeño soñador, mi niño amadosustento de mis días, mi alborada.Si naciera de nuevo lo haría en titrascendiendo sin apurocomo el hado de un hombreque mira al infinito
Si tus palabras iluminaran, caminaría por la vida, como polilla contra luz, quemándome las alas con total resignación.
Tu voz ¿Sabes lo que sucede con tu voz? Si tan sólo supieras…Te pienso y de manera inconfensable,te espero, con los ojos cerrados y en silencio.Es lo que puedo decir.No insistas, no me obligues, no te lo permitoen las confesiones verbales me enredoy lo sabes mejor que nadie Son mis manos las que hablany mi boca quien me acusa.No me hagas decir más de la cuenta que verdad y mentira se sostienen en un hilo tan frágil como la ingenua voluntad que me cose la boca. Piénsame, ahí no tengo reparosmaldita vanidosa me llamasPero ¿qué puedo hacer? Piénsame, desvísteme y hazme el amor que mi cuerpo libere la emociónque siento cada vez que oigo tu voz
Es el gesto, la mano que se ahuecala sonrisa que brota cristalina,el abrazo desnudo, la caricialos besos incendiarios, son quienes alimentan el amor.Si no fuera porque eres indolentevástago de la roca imperturbable,un frío de carámbanosno se apoderaría de mis huesos.
Tan sólo deseabaque una palabra tuyase posara en mis hombros,un ínfimo vocabloque fuera generosopero cómo te cuestaabrir la bocaMentí el otro día cuando pecaba de fríomientras el sol caía a pedazos.Te esperaba desnudaPero tan breves fueron los espasmoscomo devastador el entresijoatrincherado en la piel.Aquel día de pobres atadurasyace bajo la tapia del silencio
Recuerdo cada esquina de tu casael patio de colores, las puertas movedizasla fuente de agua cantarinay el dorado balcón de las palomas.Recuerdo cómo las abejashacían colmenas de tus manosy la dulzura de aquellos díasde entrega y de placer.Cómo olvidar el pozo de tus ojos,el sabor de tu boca,la templanza de tu abrazo;recuerdo tanto que hasta olvidédonde fue que escondí tu nombre.
La otra noche inundaste mis sueños Y fue tanta la humedad que una línea de sal marcó mis pantorrillasy pensé en darte un nombre uno distinto, que no se revelara al pronunciarloun nombre de vocales clandestinas.
Y sin evitarlo me encuentro esperando los giros de tu boca, que con cálculo impreciso se debate entre claros y oscuros, a la espera del único error que nos lleva al dulce destierro de primaveras rotas.
Seamos francos. Usted no quiere que guarde silencio,quiere oírme gritar gozosos improperiossalidos de una boca que no pareciera ser la mía,asáltela y serán suyasmi lengua de contorsionista y mi garganta aguerrida. A cambio pediría que se descubra sin miedopara que no se me vaya la vidabordando filigranas con sueños imprecisosquiero en frente soltarle la estampida de fieras que me pisotean el pecho. Preciso que me clave la mirada, que sus ojos no bajen la guardia,maldigo el fastidioso afán por silenciar el alma.
Al filo de esta noche en mi desvelobusco tu imagen, dulce compañerapara alejar el insufrible viciode la espera. Tu imagen se pasea en mi ventanay alza el vuelo risueña, cantarina, me estremece con su aleteo suave me fascina.Intento capturarla y me sonríey se posa en mi frente alucinadapara dejar un beso primorosoen mi almohadaTiernamente se ovilla entre mis labiosdulcemente reposa entre mis versosdejándome en un beso diminutosu universo.
Traza una línea imaginaria entre mis piernas y aventúrate en mi desnudez, descifra sus palpitaciones Paraliza tu brújula, y sonríe llegaste al puerto de los deseos.
A aquella negra de azuladas trenzas a la flaca marmórea quebradizaa la tirana pelirroja encasillada a todas y a las que olvidoles traigo una terrible noticia:¡La colmena se ha roto en pedazos!Cuánta tristeza zumba por el aire,cuánto ámbar cristaliza todo el suelo;enloquecidas beben del fracasocon el sello indeleble de la muerte.Pobre de la chascona lisonjeraque derramó la miel entre sus pechosempalagosa toda ella, ramplona.Más pobre aún la reina pudibundacuyo nombre sonaba a clavicordiodisonante, perdido en el espacio.(Tómese en cuenta el tono de mi voz,la pulcra rigidez de mi posturay el espesor cerúleo que me cubre.Nótese la viveza de mis ojosla vanidosa curva de mis labiosy entre las manos viva la certezade que jamás el aire fue tan puroy el suelo más cristalino)
Al filo de la rabia que me rasga recurro a la palabra Amarra de una vez aquellos perros que ocultas en la oscura esquina donde suelo perderme, dales de comer carne de oveja nueva, de la incauta de la que nada entiende. Puede ser que se aleje el miedo de pasar por tu reja entreabierta seguir de largo, y mirarlos de frente, sin provocaciones para que no me den alcance.
Cayeron piedras, lágrimas y fuego ráfagas de viento y metralla. Cuerpos inertes quedaron repartidos a la vera del camino. Hombres, nonatos, madres y futuros. Lamentos de pobreza en un dialectoque no logré entender que pese a estar en mí esos clamores no me lo evocaron.
Vuela un aroma de aguacero y fieros ramalazos despiertan a un roble solitario que duerme en la pradera. Los jinetes del sur relucen sus negras vestiduras, y sus potros de oscura espuma irrumpen con violencia en los llanos del cielo. Ha detonado un fuego de artificio una flamígera ballesta ha malherido al día, que en un lamento vierte toda su pena contenida.
Soy responsable milímetro a milímetro del aire que entra en mis pulmones. Notablemente son lo único virgen que me queda.
Tal como fue previsto el desalojo entró para quedarse, renuente a la ideaconcebida en un sueño de amapolas.(Narcótica visión, minusválidade cuerpo entero, frágil como un soplobreve como el aroma)Amanece, una lágrima de fuegohorada el velo de la nochey el vacío se extiende con el gestode tu espalda cortando el horizonte.
La casa se desviste lentamentey tiembla con el fríoestancado en sus muros.Sus ventanas son lágrimasque agrietan los dintelesy sus puertas son bocasde comisuras negrasque opacan el recuerdo de las noches estrelladas.El hogar ha perdido su fraganciay una lívida sombrase adueña del espacioy el eco de la eterna tristezaretumba por los rincones.La casa se resistea derramarlágrimas de yesoha perdido la vozse han secado sus ojosy se le ha derrumbado el templede toda su estructura.
Aquí yace un manojo de hojas secas que el viento le arrancó al verano, Barridas como lágrimas entre campanas fueron a su tumba. Aquel día, unas cuantas lagartijas corrieron calle abajo escondiendo sus colas por temor a perder el rumbo y a caer en la inconsecuencia.
Esta casa respiray se iluminarebosada en el solque la engalana.Sus latidos convocanlos trinos de las avesy los colores de las mariposasque alborotan de pazsu corazón.Las flores que la habitanportan el dulce aromade la dichaque entra por las ventanasimpregnando hasta el último rincón.Esta casa despiertay se renueva en cada palpitarestremeciendo los cimientos.Esta casa respiray en cada bocanadasus pulmones se llenande energía.