jueves, 22 de octubre de 2009

Claridad

Seamos francos.

Usted no quiere que guarde silencio,
quiere oírme gritar gozosos improperios
salidos de una boca
que no pareciera ser la mía,
asáltela y serán suyas
mi lengua de contorsionista
y mi garganta aguerrida.

A cambio pediría
que se descubra sin miedo
para que no se me vaya la vida
bordando filigranas con sueños imprecisos
quiero en frente soltarle la estampida
de fieras que me pisotean el pecho.
Preciso que me clave la mirada,
que sus ojos no bajen la guardia,
maldigo el fastidioso afán
por silenciar el alma.

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