jueves, 22 de octubre de 2009

Casa

La casa se desviste
lentamente
y tiembla con el frío
estancado en sus muros.
Sus ventanas
son lágrimas
que agrietan los dinteles
y sus puertas
son bocas
de comisuras negras
que opacan
el recuerdo
de las noches estrelladas.
El hogar ha perdido su fragancia
y una lívida sombra
se adueña del espacio
y el eco
de la eterna tristeza
retumba
por los rincones.
La casa se resiste
a derramar
lágrimas de yeso
ha perdido la voz
se han secado sus ojos
y se le ha derrumbado
el temple
de toda su estructura.

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