lunes, 12 de mayo de 2014

Ajena a…


Se concibe otra forma de querer
ajena a la locura?
Se quiere con la piel hecha jirones
cuando el atardecer, en su último aliento,
descansa en el abrazo del amante
Se quiere con la furia de la tormenta
que todo lo confunde y lo transforma
en un vértigo inaguantable.
Hasta en el noble acto de dar vida a un poema, se quiere
y se olvida el propósito
cayendo en el éxtasis de querer
para que toda voz termine volando lejos
sin límites ni coordenadas,

perdidas en un místico silencio.

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