Capaz que los dos seamos
distintas partes de un mismo sueño
y esa es la única razón
en darle un nombre
a la forma tan extraña de revelarnos.
Te pienso a ratos, cuando se me cruzan ideas oscuras,
tan llenas de humedad
que me es inevitable el aleteo
de musas pervertidas sobre mis versos.
Es como un devaneo que sólo tú y yo entendemos,
al fin de cuentas qué importancia tiene lo que suceda
a nuestro alrededor
y eso es lo maravilloso de soñar:
el único lugar en donde podemos
desafiar a la inexorable realidad.
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