Recuerdo aquella vez cuando lanzabas
mariposas con tinta entre las alas
y elevabas un puño colorado
con un grito raspando la garganta.
Ahora me das pena, una pena profunda
de verte como una bisagra vieja.
El problema, querida extremidad,
es por la inconsistencia de las ideas
Cervantes lo sabía desde siempre,
y ahora
¿Cómo se lo hago entender
al cuerpo que me reclama?
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