lunes, 12 de mayo de 2014

Aquellos días



Nunca lancé una piedra
yo era de palomas combativas
y temía a la oscuridad
y temía a los perros de caza,
sin embargo, el anhelo de mirar
el sol y no sentir el desespero
de que fuera la última vez
bastaba
para olvidar lo oscuro y el veneno,
y éramos carne de cañón
palabras hechas metralla.
Qué días de feroz incertidumbre
arrasaban con nuestro temple
y nos hacían tambalear las ideas
mas esa hermosa forma de mirarme
cuando tus sueños panfleteaban
con los míos, pervive en mi retina:
el gran soporte para nuestra historia

No hay comentarios: